MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

El pan se ha convertido en un producto codiciado en Venezuela. La alarma ha cundido también entre los productores, que llevan semanas alertando al gobierno de la inminente necesidad de aprobar las divisas para importar trigo. Como relatan las periodistas María Rodríguez y Tibisai Romero en una crónica que narra la situación del país: “en las panaderías de Caracas los mostradores lucen poco apetitosos, sin variedad y con muchos espacios vacíos. Las cestas del pan están desocupadas o tienen apenas unos cuantos panes del tipo sobado, campesino o gallego, pero no hay canilla. La razón alude a que no están horneando la cantidad de panes que acostumbraban por falta de harina de trigo”.

El desconcierto aumenta porque aún no hay fecha para la importación del cereal. Los proveedores nos dicen: cuando tengamos se la enviamos. Pero nunca dan una fecha exacta, asegura un portavoz del gremio de panaderos. Se estima que las ventas de estos establecimientos han caído más de un 40% y el golpe económico podría ser peor si la harina no llega a los hornos antes de finales de este mes. El presidente de la Federación de Trabajadores de la Harina advirtió que debido a esta crisis del trigo por la falta de divisas, el sector se declara en emergencia. “Disponemos de inventario hasta el 31 de julio”.

La falta de harina no sólo ha afectado a las panaderías sino también a la industria procesadora de pastas alimenticias, que también están en manos del gobierno. Este tipo de productos empiezan a escasear en el mercado. Como explican algunos analistas, en esta inédita escasez de pan han influido varios factores. Uno de ellos es la progresiva estatalización y mala gestión de las empresas alimentarias, que ha conducido a que compañías nacionales como Polar no den abasto en su producción de harina. A lo que habría que unir el reciente conflicto con Monaca, una empresa expropiada hace cuatro años por el régimen chavista, que se hizo con el control del 37% del mercado de la harina precocinada del país y cuyos trabajadores se han declarado en huelga, paralizando gran parte de la producción.

El presidente de la patronal del sector (Fevipan), Tomás Ramos, señaló que la situación es crítica, pues la escasez del sector oscila entre el 30% y el 40%. “Esperamos que, en reuniones que se van a ir haciendo con el Ejecutivo, encontremos soluciones rápidas y por los caminos regulares, como tienen que ser”. Por el momento, se ha aceptado como válida la solución de importar 100.000 sacos de harina colombiana a través de la corporación CASA. También se especula con que se importe materia prima desde Canadá como solución provisional a la merma de harina, que podría durar entre mes y medio y dos meses.

Fuente:

Colas interminables en Venezuela por la escasez de harina