Controlar las zonas productoras de Siria e Irak, estrategia del grupo yihadista para usar la exportación de cereal como fuente de ingresos de su ‘guerra santa’
Publicación: 03/09/2015
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El trigo se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos del Estado Islámico (EI), que controla ya las más importantes zonas productoras de Siria e Irak para utilizar la venta de grano como moneda de cambio para sus actividades terroristas. La estrategia militar de los yihadistas está encaminada a fortalecer su presencia en el norte de Irak y el nordeste de Siria, dos regiones ricas en cereal, según acaba de anunciar Sébastien Abis, analista del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Aris).
Durante su ofensiva relámpago iniciada en junio de 2014, los combatientes del EI se apoderaron de las principales zonas de cultivo iraquíes y tomaron el control de los silos para el almacenamiento de grano en las fértiles provincias persas de Nínive y Saladino, que concentran más de un tercio de la producción de trigo del país y el 40% de la de cebada. El Estado Islámico, Daesh por su acrónimo en árabe, puso en el mercado un millón de toneladas de trigo, lo que equivale a una quinta parte del consumo anual de la población iraquí.
En Siria, los yihadistas controlan más del 30% de la producción de las regiones de Raqa y Deir es Zor, consideradas como el granero del mundo árabe, y el 75% del mercado de algodón, del que Siria era uno de los principales países exportadores antes de la guerra. Hay que recordar que, al igual que en todo Oriente Medio y en amplias zonas de África del norte, el pan es uno de los alimentos principales de la población.
Según Jean Charles Brisard, experto en financiación de grupos terroristas, el tráfico de trigo de Irak a Siria para convertirlo en harina y ponerlo en el mercado deja en las arcas del Estado Islámico al menos 200 millones de dólares anuales. El grupo terrorista utiliza intermediarios internacionales para exportar toneladas de harina a través de la frontera turca. Además, matiza Brisard, los terroristas utilizan también el cereal para ganarse la simpatía de los pobladores de las zonas conquistadas: distribuyen pan a bajo precio.
La preocupación de los organismos internacionales radica, no obstante, en la destrucción de los campos de cultivo durante los bombardeos, lo que puede provocar una crisis alimentaria en la zona en los próximos meses. “El sector agrícola sirio está siendo aniquilado por el conflicto y hacen falta ayudas urgentes para que los productores de cereal puedan hacer frente a la próxima campaña de siembra de cereales, que arrancará el próximo mes de octubre”, alerta la Agencia para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO).
Una crisis que puede acabar afectando al precio del cereal en el mercado mundial, según vaticinan algunos especialistas internacionales.
Fuente:
El trigo, el otro petróleo de los yihadistas del Estado Islámico
Copyright © 2024 MUNSA MOLINOS, S.A. de C.V.
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