MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

El pan de harina de trigo no engorda. Y los números avalan la teoría de que la disminución de su consumo en los últimos 20 años ha coincidido con el ‘boom’ de la obesidad en toda la República. Jonás Murillo, Director General de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (Canainpa), acaba de lanzar la voz de alerta: el consumo calórico diario per cápita por productos derivados del trigo disminuyó en 65 kilocalorías diarias en los últimos 20 años, mientras que la ingesta de carnes y productos lácteos aumentó sustancialmente y el consumo de grasas y aceites se mantuvo estable, según los últimos datos de la FAO.

Esta información, explicó el directivo de la Canainpa, demuestra que consumir pan, tanto bolillo como dulce, no contribuye a la obesidad de la población. “El pan es un alimento básico dentro del grupo de los cereales en una dieta sana y equilibrada, ya que es rico en fibra, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, el consumo per cápita anual actual es de 33.5 kilogramos: el 70% es de pan blanco y el 30 % es pan dulce, galletas y pasteles”, destacó. Unas cifra muy inferior a la de hace dos décadas. El gasto promedio por consumo de pan dulce en los últimos 20 años, aseguró Murillo, disminuyó pasando de mil 250 pesos a 786 pesos, y el gasto promedio de pan blanco se redujo de 773 a 362 pesos, según la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH).

El trigo ha sido el producto que mayor reducción ha mostrado en su consumo desde 1994, y de acuerdo a la OCDE y la FAO, esto se atribuye al aumento en los ingresos de la población, mayor urbanización y cambios en hábitos alimenticios, lo que deriva en que las personas incrementen su consumo de proteínas, grasas y azúcar. Con estas cifras se demuestra que del total de calorías diarias consumidas por los mexicanos, las correspondientes al trigo han disminuido en su aportación y existe una migración a otros grupos de alimentos. El gasto anual real por hogar en México en productos de pan ha decrecido en los últimos 20 años, mientras que el porcentaje de la obesidad en la población adulta ha ido al alza. Aún así, México se ubica en el quinto lugar en el consumo de derivados del trigo, después de Chile, Argentina, Estados Unidos y Ecuador.

Según el director de la industria panificadora mexicana, es vital aumentar el consumo de derivados del trigo en los próximos años para garantizar la salud de un sector que genera 15 millones de empleos directos e indirectos en toda la República y que, de mantenerse esta tendencia a la baja del consumo, serán imposibles de mantener.

Fuente:

Baja drástica en consumo de pan en México: Canainpa