Las fuertes lluvias y el exceso de humedad devastan cosechas en México y reavivan la aparición de esta plaga conocida como la polio de la agricultura.
Publicación: 05/06/2015
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La amenaza de la enfermedad radica en su capacidad de causar destrucción a gran escala en un período muy corto de tiempo en grandes áreas de cultivo. El hongo esparce millones de esporas, trasportadas por el viento, cada una de las cuales es capaz de iniciar una nueva infección, según alertan los científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. Y se ha hecho fuerte en 2015 en los cultivos del norte de México provocando graves daños en las cosechas.
Los productores de Sonora, Coahuila y Baja California están preocupados. “Se trata de un hongo que aparece en los días muy húmedos y ataca al follaje del trigo antes de madurar, es decir, evita que el oxígeno llegue al grano y éste no se llena como debe”, asegura Juan Antonio Osuna, presidente de la Fundación Produce en Coahuila. Según la mayoría de los contratos de venta, el llenado del grano debe estar por encima del 64%.
“En más de diez años no se había registrado un siniestro de esta magnitud”, afirma al diario ‘Zócalo Saltillo’ René Silva Sáenz, técnico del Fondo de Aseguramiento de Granos Básicos de Coahuila. En algunas zonas, la roya del trigo, el exceso de agua y las heladas han afectado a casi el 50% de las plantaciones. La mayoría de las cosechas están aseguradas y eso permitirá a los agricultores recuperar parte de la inversión.
Pero el problema no es exclusivo de México. Científicos europeos advirtieron recientemente al diario británico ‘The Independent’ de que el trigo (segundo grano más importante del mundo después del arroz), se enfrenta a una grave amenaza por esta enfermedad fúngica que podría destrozar la cosecha mundial. El hongo se ha extendido desde África a Asia, Oriente Medio y Europa provocando fuertes pérdidas en el último lustro. Las mutaciones del hongo atacan al grano en América, lo que provocó una reunión de expertos en México el pasado mes de marzo para frenar la amenaza y aportar ideas para el desarrollo de variedades resistentes al hongo y sus “peligrosas mutaciones”.
Investigadores británicos estiman que el 90% del trigo que se cultiva en África, el continente más azotado por la hambruna, es vulnerable a la enfermedad. En Etiopía se perdieron el año pasado el 70% de las cosechas y Alemania acaba de experimentar el primer brote de la roya del trigo en los últimos cincuenta años. La preocupación se extiende a nuestro continente. No hay que olvidar que en la década de los 50 del siglo pasado una epidemia cabalgó por los campos de cultivo de América del Norte devastando el 40% de las cosechas de uno de los graneros del mundo.
Desde entonces la batalla contra la roya del trigo se trasladó a los laboratorios. Se invierten decenas de millones de dólares en la creación de nuevas variedades de trigo resistentes al hongo. Estas investigaciones, unidas al desarrollo de eficaces pesticidas, lograron contener la plaga hasta 1999. Pero ese año apareció en Uganda una nueva y destructiva mutación, que siguió evolucionando y se extendió por los cinco continente.
Los síntomas iniciales se suelen circunscribir a una parte de la parcela, pero la enfermedad se dispersa rápidamente. Los primeros indicios en las hojas pueden permitir al agricultor anticiparse a síntomas de mayor gravedad. La roya amarilla es muy agresiva si las condiciones le son favorables y la variedad es susceptible: en pocos días puede producir una epidemia severa. Los factores ambientales más importantes para su desarrollo son la humectación (agua libre), la temperatura y el viento.
La roya del trigo, causada por el hongo Puccinia striiformis, tiene una gran capacidad de dispersión a largas distancias. Es un parásito obligado que solamente se desarrolla en tejido vegetal vivo y muere cuando muere la planta. El hongo necesita al menos tres horas de humedad continua en la superficie de la hoja para germinar e infectarla, pero sus variantes empiezan a desarrollar una alta resistencia a tejidos secos. Y se siente cómodo durante la primavera, con lluvias intermitentes, y en zonas de mucha humedad y temperaturas de entre 10 y 15 grados centígrados. Las pérdidas finales que provoca son debidas al descenso de la producción causado por la reducción del número de granos por espiga, la disminución del peso específico y una menor calidad del grano.
Fuente:
Roya del trigo: el hongo que puede provocar una hambruna mundial
Copyright © 2024 MUNSA MOLINOS, S.A. de C.V.
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