MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

Puede que no se note en la cesta de la compra ni en los pasillos de los supermercados porque los intermediarios y centros comerciales no lo permiten. Pero el precio de mercado de los alimentos sigue bajando a nivel mundial y los grandes perjudicados son los productores. Agricultores y ganadores que se ven obligados a vender más barato cada año.

Concepción Calpe, economista del departamento de Comercio de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), explicó a BBC Mundo las razones de esta caída. "Elevada producción global, bajos precios del crudo, subida del dólar y una limitada demanda de grandes importadores, incluyendo a China. La situación actual es exactamente la opuesta a la que había en 2007-2008 cuando se produjo la disparada de los precios de los alimentos".

Este panorama detectado por la FAO a principios de años se ha mantenido constante en esta primera mitad de 2015. Nada que ver con lo ocurrido en el ejercicio 2007-2008: China crecía a tasas de dos dígitos, el precio del petróleo estaba por las nubes, la demanda había estimulado una enorme inversión y los bancos y fondos de pensiones calentaban el mercado mundial de los bienes básicos. Era la llamada "tormenta perfecta" sobre los precios de alimentos y otras materias primas que alcanzaron niveles exorbitantes poco antes del estallido financiero de 2008, como explica Marcelo Justo en su artículo '¿Por qué está cayendo el precio mundial de los alimentos?'.

"Aparte de factores comunes como el precio del petróleo y el del dólar, cada producto tiene una dinámica propia que depende de las peculiaridades de su mercado", señala Calpe. La caída del trigo respondió al aumento productivo de los principales exportadores. En la carne hubo una clara diferencia entre los costos más bajos del vacuno, carnero y cordero frente a los precios más estables de carne de ave y el aumento del cerdo. Con el azúcar la baja se debió al aumento de la producción del mayor exportador mundial, Brasil ,y el anuncio de subsidios a las exportaciones de azúcar de India. En el caso del aceite, que cubre desde la soja hasta el aceite de oliva y de palma, tuvieron especial peso los subsidios al biodiesel en Indonesia o el impacto de las inundaciones en Malasia.

La pregunta que se hacen los consumidores es ¿por qué suben y bajan los precios de los alimentos?. Y la respuesta no es fácil. La relación entre el precio internacional de un producto y el que paga el consumidor es compleja. Un fenómeno bastante común es que los precios al consumidor suben cuando hay un aumento de los de exportación, pero menos frecuentemente bajan cuando estos valores descienden. Este fenómeno se ve con frecuencia en el precio de la gasolina que fluctúa con los valores internacionales del petróleo o los del pan o las pastas influidos por el precio del trigo.

Como explica la experta Concepción Calpe: "El precio que paga el consumidor depende de muchos factores. El transporte, los márgenes de los supermercados, los distintos intermediarios en la cadena. El consumidor no compra trigo. Compra pan o pasta que tiene entre sus compuestos al trigo. A esto se le suman otros factores como el tipo de cambio que impactan en el precio tanto si un país es importador como si es exportador".

En los precios influye también la estructura económico-social y política de los países dominantes en cada mercado. Lácteos, cereales y carnes tienen una fuerte presencia de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Brasil y Europa. En mercados como el cereal se añaden a estos países Ucrania y Kazajistán. En aceites Brasil, Malasia, Indonesia, Estados Unidos y Argentina son los actores dominantes en las distintas variedades que incluyen a este producto. Las peculiaridades de cada una de estas naciones impactarán en el valor final del producto.

Pero hay una tendencia histórica que se ha convirtió en ley a lo largo del siglo XX: la evolución del precio de los productos primarios (incluyendo los alimentos) es muy inferior a la de los productos manufacturados que exportan los países desarrollados. A este fenómeno se le denominó "términos desiguales de intercambio". Esta situación cambió en el 2007 y permitió un espectacular crecimiento económico-social de países en desarrollo, como se vio en América Latina.

La pregunta es: ¿Estamos regresando al modelo de intercambio desigual entre manufacturas-servicios y productos primarios que rigió en el siglo XX? En la FAO son cautelosos a la hora de hacer futurología respecto al comportamiento futuro del mercado de alimentos. La respuesta oficial es que los precios dependen de demasiados factores como para hacer predicciones serias sobre su evolución. Pero algunos economistas han lanzado ya la voz de alarma: los productores de alimentos de América Latina y otros economías emergentes deberían prepararse para un período de vacas flacas.

Fuente:

¿Por qué está cayendo el precio mundial de los alimentos?