MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

Aún es un prototipo. Pero la idea parece condenada al éxito y la impresora de pasta podría llegar al mercado en dos años, según vaticinan sus creadores. Y todo apunta a que se convertirá en un electrodoméstico indispensable en los laboratorios gastronómicos. Y es que el nuevo artilugio digital permitirá imprimir pastas con formas y texturas imposibles para la actual maquinaria industrial. “El proyecto nació hace tres años, cuando empezamos a colaborar con TNO, un centro de investigación aplicada a la industria que estaba llevando a cabo estudios sobre cómo sería la cocina del futuro”, explica Michela Petronio, vicepresidente del departamento de tecnología e I+D de Barilla.

La impresora funciona con tecnología FDM (Fusion Deposition Modeling), inventada y patentada por Scott Crump a finales de los 80 , y que ha popularizado la impresión de objetos 3D en diferentes materiales. Un sistema de impresión digital que consiste en sobreponer delgadas capas de pasta siguiendo el diseño enviado por un ordenador. “Hemos logrado una máquina que permite moldear pasta con formas inéditas y hacer que cada una de ellas pueda tener un ingrediente distinto”, detalla la ejecutiva de la empresa italiana de alimentos.

“Normalmente, esta técnica se aplica a la creación de objetos de plástico, pero a lo largo de los 25 años que llevamos trabajando sobre la impresión 3D hemos logrado trasladarla también a la comida”, aclara Daniël van der Linden, responsable del departamento de impresión alimentos de TNO, un centro en el que trabajan 3.500 empleados y que cuenta con una participación del Gobierno holandés.

Para seleccionar las formas de pasta, Barilla se ha aliado con Thingarage, una start-up de Roma especializada en diseño industrial, que organizó un concurso entre diseñadores de todo el mundo: “Hemos recibido 216 propuestas, una demostración de que la impresión 3D de comida tiene un futuro esperanzador. La producción de chocolate, por ejemplo, ha cosechado en los últimos años buenos resultados. El único problema sigue siendo la lentitud de las impresoras”, matiza Balestrieri, CEO de la compañía.

Fábricas de pasta, grandes restaurantes, comedores industriales, supermercados e inclusos casas particulares. El mercado dictaminará el futuro de este nuevo electrodoméstico 3D que amenaza con revolucionar la presentación de los actuales productos basados en la sémola de trigo. Todo dependerá en gran medida del sabor. La responsable de I+D de Barilla, que ya ha realizado algunas degustaciones entre su equipo de expertos, la define como “una experiencia gastronómica de alto nivel”. nHabrá que probarla.

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La primera impresora 3D de pasta podría comercializarse en dos años