La ciencia avanza para encontrar el trigo perfecto que garantice el consumo mundial de este alimento básico
Publicación: 14/03/2016
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El trigo constituye el alimento principal de un tercio de la población del planeta. Se trata de un componente fundamental de la dieta de la especie humana debido a su alto valor nutritivo, con un 10% de proteína, un 2,4% de lípidos y un 80 % de carbohidratos. Su consumo aporta el 20 % de las calorías que el hombre necesita.
Los avances de la mejora genética de este cereal han ido en paralelo con la propia trayectoria evolutiva del hombre. La agricultura, surgida hace unos 10.000 años en el Neolítico con la domesticación de especies silvestres, tuvo sus hitos iniciales con el cultivo en el Próximo Oriente del trigo duro (Triticum turgidum) y la cebada (Hordeum vulgare). El proceso de domesticación deja en manos del hombre el control de la reproducción y ocasiona cambios en la planta adaptándola a sus necesidades. Unos cinco mil años después aparece el trigo harinero (T. aestivum), a partir del cruzamiento natural entre el trigo duro cultivado (T. turgidum) y una especie silvestre (Aegilops tauschii).
Con el paso del tiempo, la selección inconsciente, por un lado, y la dirigida, por otro, dieron como resultado que se conocieran los genotipos de trigo mejor adaptados para la siembra. Hasta el siglo pasado estas mejoras no nacieron en un laboratorio, sino en la propia experiencia de los agricultores, que fueron transmitiendo sus secretos y semillas de padres a hijos. Todo cambió en el siglo XX con la eclosión de los adelantos científicos y cientos de investigadores trabajan a día de hoy en la mejora de este cereal imprescindible.
Ahora conocemos su cadena genética y por primera vez en la historia los científicos tienen a su disposición un conjunto de herramientas que les permiten localizar rápidamente los genes específicos en los cromosomas individuales del trigo a lo largo del genoma. Anualmente, se cosechan más de 215 millones de hectáreas de trigo para generar una producción mundial de casi 700 millones de toneladas, por lo que es el tercer cereal más producido después del maíz y el arroz. Y la principal fuente de proteína vegetal en la alimentación humana.
La planta de trigo es muy versátil debido a su capacidad de crecer en una amplia gama de ambientes. Además, los granos de trigo se almacenan fácilmente y pueden convertirse en harina para la fabricación de numerosas variedades de alimento comestibles de alta calidad además del pan, como amplia variedad de pastas duras que se han convertido en alimento básico de las cocinas de todas las culturas. La huella del pan se mantiene hoy mas viva que nunca a pesar de la crisis climática y la guerra de precios que ha convulsionado en los últimos años el mercado mundial de este cereal y que esta poniendo en aprietos económicos a los productores. La batalla por mejorar el rendimiento de las plantaciones y equilibrar el valor del grano en los mercados es el gran reto al que se enfrentan ahora los agricultores que se agarran a un dato para la esperanza: el consumo de harinas y derivados del trigo sigue aumentando año tras año de forma sostenida.
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Copyright © 2024 MUNSA MOLINOS, S.A. de C.V.
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