MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

El Día Mundial del Pan es una iniciativa de la UIB (Unión Internacional de la Boulangerie) en colaboración con CIPAN (Confederación Interamericana de la Industria del Pan), los dos organismos que agrupan a las asociaciones de panaderos de Europa y América Latina. Y es que el pan camina de la mano del desarrollo cultural y social de la humanidad, enfrentándose a nuevos retos para consolidarse como parte fundamental de la alimentación de nuestra especie.

Usado como sinónimo de vida y trabajo, alimento del cuerpo y del alma, el pan forma parte de la cultura de muchos pueblos y tiene un significado importante en varias religiones. Resultado de la cocción de una masa hecha con harina de ciertos cereales, principalmente trigo, agua y sal, fue una de las primeras comidas preparadas por el hombre. Su historia es tan antigua que resulta difícil definir con precisión cuándo y cómo apareció. Algunos historiadores sitúan su origen hace 12 mil años, junto con el cultivo del trigo, en la región Mesopotámica, en la zona geográfica que actualmente conocemos como Irak. Al principio, probablemente, el trigo era apenas masticado, hasta que pasó a ser triturado con piedras y transformado en harina.

Antes de utilizarse en la producción de pan, las harinas de los cereales se usaban en sopas y papillas cocidas en agua. Luego se las comenzó a mezclar también con miel, aceite, jugo de uva, dátiles, huevos y carne picada, formando unas tortas que se asaban sobre piedras calientes o bajo cenizas. Esas tortas fueron el germen del pan.

Los primeros panes estaban hechos de harina mezclada al fruto de un árbol llamado carvallo (roble). Bien diferentes de los actuales, eran achatados, duros y secos. Tampoco podían comerse inmediatamente después de listos porque eran muy amargos. Era necesario lavarlos varias veces con agua hirviendo, antes de darles forma y exponerlos al sol para secar. Los panes se asaban de la misma forma que las tortas, sobre piedras calientes o debajo de cenizas. Los egipcios fueron los primeros que usaron hornos de barro para asarlo, alrededor del año 7.000 antes de Cristo. También se atribuye a ellos el descubrimiento del fermento para dejar la masa del liviana y esponjosa, tal y como hoy la conocemos.

Hay varias teorías sobre su origen pero las evidencias más antiguas de pan fermentado se encontraron en Egipto Antiguo y datan de 3.000 a.C. Aunque algunos historiadores creen que es posible que tanto el fermento como el pan tengan un origen prehistórico. Las levaduras y hongos responsables de la fermentación se encuentran incluso en la superficie de los granos de cereales. Por lo que bastaría que alguien se olvidase de poner la masa del pan húmedo a secar durante algunos días para que fermentase naturalmente.

Hoy celebramos su día y te invitamos a seguir saboreándolo.

Fuente:

16 de octubre: Día Mundial del Pan