Miles de personas están renunciando al gluten. El autor William Kremer es uno de ellos. Y tiene sus razones para haber dejado de comprar pan y pasteles.
Publicación: 21/08/2015
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Miles de personas están renunciando al gluten. El autor William Kremer es uno de ellos. Y tiene sus razones para haber dejado de comprar pan y pasteles. Pero no está seguro de por qué lo hacen los demás. Así lo explica en un extracto del artículo publicado en la web de la BBC.
Este punto de vista, según el cual el gluten no es sólo malo para los celiacos como mi hijo Sam sino para todo el mundo, es apoyado por una corriente de blogueros, nutricionistas que venden best-sellers y famosos. Un informe de la consultora Mintel valora en casi 9 mil millones de dólares el mercado estadounidense de productos sin gluten. Pero un vistazo a las búsquedas en Internet sugiere que el aumento de interés en las dietas sin gluten tiene poco que ver con una creciente conciencia de la enfermedad celíaca, y mucho que ver con la popularidad de las dietas ‘paleo’: movimiento alimenticio que busca que la humanidad vuelva a la Edad de Piedra, al menos en cuanto a la dieta se refiere.
La existencia de la sensibilidad al gluten sigue en discusión. A diferencia de la alergia al trigo y la celiaquía, la sensibilidad al gluten no tiene una serie de biomarcadores conocidos, es decir, los médicos no pueden saber si un paciente la sufre con un examen (hay una prueba de sangre pero no aporta resultados precisos). Así que sólo se puede diagnosticar eliminando otros trastornos y después probando una dieta sin gluten. Aunque el gluten no tiene valor nutritivo en sí mismo, hacer un cambio radical en la dieta sin la supervisión de un especialista es una mala idea, asegura Fasano. director del Centro de Investigación Celíaca en Estados Unidos. "Dejar de ingerir gluten te priva de muchos elementos clave en la dieta, como vitaminas y fibras que necesitan ser compensadas para mantener una nutrición equilibrada", sostiene.
“Empezamos esta cruzada, por decirlo así, para sensibilizar a la comunidad estadounidense sobre la existencia de la celiaquía. No nos dimos cuenta de que este péndulo se iba a descontrolar e iba a ir hasta el otro extremo", explica Fasano. Cuando le pregunto si adoptar una dieta sin gluten puede ayudar a alguien a perder peso, se ríe. "Si empiezas una dieta sin gluten, y tomas o comes sustitutos como cerveza sin gluten, o pasta, galletas, etc., lo que harás será subir de peso. Una galleta común tiene 70 calorías. La misma galleta, sin gluten, puede subir hasta 210 calorías. Tienes que sustituir el gluten con algo que haga que esa galleta sea comestible, por lo que la cargas con grasas y azúcares. Toma en cuenta esto: un gramo de proteína contiene cuatro calorías; un gramo de grasa, nueve".
Frustrado por esta cobertura sensacionalista, Fasano publicó su propio libro el año pasado: Gluten Freedom (Libertad del gluten), escrito con Susie Flaherty. En el texto concluye que comer gluten no supone ningún riesgo para las personas que están fuera del espectro de enfermedades relacionadas con este elemento, y la mayoría de los expertos está de acuerdo con él.
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Copyright © 2024 MUNSA MOLINOS, S.A. de C.V.
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