MUNSA: Harinas de trigo panificables, sémola de trigo cristalino para pastas y semillas de trigo para cosecha.

"Hay un desincentivo total. El productor no puede vender su trigo. Hay alrededor de 3,5 millones de toneladas que no pueden vender, la tienen guardada", aseguró a Reuters Pablo Adreani, director de la consultora Agritrend, que estimó la producción del cereal 2015/16 en 10,5 millones de toneladas. Según los expertos, la súbita caída se debe al excedente del cereal sin comercializar de la campaña previa generado por las políticas oficiales para el sector. Hay que recordar que el Gobierno de Argentina, uno de los principales exportadores mundiales de este cereal, limita los embarques de trigo para garantizar su abastecimiento doméstico y aplica un impuesto a su venta al exterior, lo que según las principales entidades agrícolas del país desalienta la siembra del cultivo.

El Gobierno argentino emite permisos de exportación de trigo para garantizar el abastecimiento de la demanda local del cereal de aproximadamente 6 millones toneladas, y evitar alzas en los precios de los alimentos. Hasta la fecha, el Ministerio de Economía autorizó el embarque de 4,7 millones de toneladas de trigo del ciclo 2014/15, cuya recolección finalizó con una producción final de 13,9 millones de toneladas, según datos oficiales. "En el sur de la provincia de Buenos Aires, que es la zona de producción de trigo por excelencia, hay una caída en el área muy importante por la falta de incentivo que tiene el productor", asegura Adreani, portavoz de Argitrend.

Además, los precios internacionales del trigo cayeron con fuerza en el último año, mientras que el Gobierno no ha modificado el gravamen del 23% que aplica a los embarques del cereal. "En lo que va de año el precio del cereal cayó un 17 por ciento en Chicago. Es el segundo 'commodity' agrícola que peor 'performance' tuvo", indicó a la Agencia Reuters Ricardo Baccarin, analista de la consultora Panagrícola. A la disconformidad de los productores agrícolas por las medidas intervencionistas de la presidenta Cristina Fernández, con la que sostienen una agria relación hace años, se suma que el clima tampoco ha sido favorable para el trigo 2015/16 durante su siembra, que ya prácticamente ha finalizado. Durante los meses de junio y julio, distintas regiones productoras recibieron escasas lluvias, lo que ha empeorado el panorama para los productores argentinos.