El mayor consumidor de este cereal del África subsahariana perdió cerca del 90% de sus cosechas por la sequía y el grano importado colapsa el puerto de Yibuti
Publicación: 23/08/2016
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Más de diez millones de etíopes esperan la llegada de toneladas de trigo para no morir de hambre. Con la pérdida de entre el 50 y el 90 por ciento de sus cultivos, Etiopía, el mayor consumidor de este cereal del África subsahariana, debió aumentar las importaciones para paliar la grave escasez que afecta a la población pero no contaba con el cuello de botella que se ha formado en el puerto de Yibuti y que está impidiendo que el preciado cereal llegue a los hogares. Las importaciones de trigo llegan a un ajetreado puerto en Yibuti, de donde salen unos 1,500 camiones diarios cargados de cereal rumbo a Etiopía para hacer frente a las consecuencias de la peor sequía que ha vivido ese país en décadas.
Pero a pesar de los esfuerzos de muchos trabajadores portuarios, la descarga no se realiza con la rapidez necesaria y se crea un cuello de botella que hace que las embarcaciones queden varadas en la bahía sin poder atracar. “El problema no se crea en el puerto, sino en el transporte terrestre; no hay suficientes camiones para la asistencia, los fertilizantes y la carga comercial habitual”, asegura Aboubaker Omar, máximo responsable de la autoridad portuaria. “Recibimos barcos con suministros de asistencia y con fertilizantes, y ha sido un desafío decidir qué priorizar. Si se prioriza la asistencia alimentaria, que es comprensible, entonces habrá problemas con la próxima cosecha si los agricultores no reciben a tiempo los fertilizantes”, explicó.
Las lluvias que cayeron en la primavera boreal a principios de este año, sumadas a las del verano, deberían mejorar las posibilidades de lograr mejores cosechas, pero eso no reduce la necesidad de asistencia alimentaria, al menos a corto plazo. “El ciclo de producción es largo”, explicó el representante en Etiopía de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Amadou Allahoury. “Las semillas plantadas en junio y julio solo podrán cosecharse en septiembre y octubre, por lo que la escasez alimentaria sigue siendo grave, a pesar de las lluvias”, precisó. A mediados de este mes había doce barcos anclados fuera del puerto de Yibuti esperando para descargar unas 476.750 toneladas de trigo.
A fin de agilizar el traslado de la asistencia alimentaria y aliviar la presión sobre el puerto, a principios de noviembre de 2015 entró en funcionamiento una nueva línea férrea de 756 kilómetros entre Yibuti y Etiopía, con un tren diario que traslada unas 2.000 toneladas de trigo. La capacidad aumentará cuando la vía férrea esté totalmente operativa a partir de septiembre y se electrifique, lo que permitirá que circulen cinco trenes con unas 3.500 toneladas cada uno.
El atasco en el puerto puso de relieve la dependencia que tiene Etiopía de la zona franca de Yibuti. Alrededor de 90 por ciento de su comercio pasa por este país. En 2005, representó unos dos millones de toneladas y ahora asciende a 11 millones. En los próximos tres años, se prevé que aumente a 15 millones. Sus actuales 100 millones de habitantes podrían llegar a 130 millones en 2025, por lo que la ONU estima que en los próximos años Etiopía necesitará llegar a acuerdos comerciales con todos los puertos de los países vecinos para poder alimentar a su población.
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Copyright © 2024 MUNSA MOLINOS, S.A. de C.V.
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